LA REBELDÍA
Se define como una
sublevación, faltando a la obediencia debida. Indócil, desobediente puesto
con tenacidad. También podemos definir a la rebeldía como la actitud de
oposición violenta y tenaz a lo prescrito o sólo establecido. En la mayoría de
los casos esta rebeldía se puede interpretar como un desacuerdo respecto a lo
establecido por los padres, maestros, o cualquier autoridad. Esto incluye a lo
establecido en relación a conductas, estructuras, ideas, valores, etc. Los
adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de distintas
formas; verbalmente (murmurando, gritando, reclamando, etc.); en su
comportamiento (lanzando o golpeando objetos) o violenta (agresiones físicas
hacia las personas).
La rebeldía adolescente
Los adolescentes manifiestan ese desacuerdo, oposición,
sublevación de distintas formas, murmurando, gritando, reclamando, y en su
comportamiento hostil traducido en violencia física directa (hacia otras
personas, las peleas son muy comunes entre los jóvenes) o destruyendo objetos
como símbolo de su bronca y desencanto.
Muchas veces los padres, los profesores, o personas de su entorno,
ocupan el lugar de lo que los adolescentes toman como opuesto, en lugar de
quienes defienden conductas, estructuras, ideas, valores, etc.
Sin embargo
estas actitudes rebeldes de los adolescentes pueden llegar a ser valiosas y
positivas. Lo único que debemos buscar es que la manera en que la manifiesten
sea con un ambiente de cordialidad y mucho tono humano.
Es muy
importante entonces, saber canalizar esta energía y aprovecharla para ayudar a
que el joven se convenza de que su actitud no debe estar establecida por la
broca hacia una idea, sino por una convicción propia.
Características
del adolescente rebelde
Este tipo de actitudes, en general, son generadas por la oposición
a algo. Puede ser a la autoridad ejercida por los padres, maestros, o
familiares cercanos y se manifiesta casi siempre con violencia (verbal o
física). Un rebelde es alguien que lleva la contra a algo o a alguien (puede ser
tanto una regla, un sistema, como una persona), y en un adolescente se ve mayor
actitud hacia la demostración de esos ideales. El acto de rebelarse contra
algo, puede brindar al joven, la posibilidad de hacer crecer sus modelos y
desarrollar un estilo de pensamiento propio. Todo lo que se debe hacer, es
tratar de encausar la ira y transformarla en pasión por algo. De ese modo, la
rebeldía podría convertirse en un motor para hacerse de una personalidad fuerte
y llena de determinación. En ese momento, los adultos (padres especialmente),
tienen la tarea de encauzar sus inquietudes hacia la persona adecuada, y sobre
todo, de la manera adecuada.
Tipos de
rebeldía
Existen cuatro tipos de rebeldías:
Ø
La rebeldía regresiva que nace del miedo a actuar y se traduce en una
conducta de encogimiento, de reclusión en sí mismo, en el que el adolescente
adopta una postura de protesta muda y pasiva contra todo.
Ø
rebeldía es la
agresiva que, a diferencia de la anterior se expresa de forma violenta. Es
propia del débil, de quien no pudiendo soportar las dificultades que se
presentan en la vida diaria intenta aliviar su problema haciendo sufrir a los
demás.
Ø Es la rebeldía transgresiva consiste en ir contra las normas
de la sociedad, bien por egoísmo y utilidad propia, bien por el simple placer
de no observarlas.
Las tres formas descritas son rebeldías
negativas que tienen su origen en la inseguridad e inmadurez del adolescente. A
diferencia de ellas, la rebeldía progresiva es el signo del que sabe comprender
la realidad, pero
SÍNTOMAS DE REBELDÍA
- Comportamiento cruel o agresivo hacia personas y animales
- Destrucción de la propiedad, incluyendo provocación de incendios
- Mentiras, ausencia injustificada de la escuela o el trabajo, abandono del hogar
- Vandalismo, robo
- Consumo excesivo de alcohol o drogas ilícitas
RIESGOS ADOLESCENTES
Se los cataloga como
inconformistas, rebeldes con o sin causa, pero más allá de la rebeldía existe
un riesgo que los cerca: no cuidan adecuadamente su salud ni reciben de los
adultos la ayudan que necesitan para prevenir o tratar problemas serios.
Son rebeldes y apasionados, pasan del amor al odio muy
rápidamente, lo que aumenta la brecha de incomunicación con sus padres. La
mayoría tiene entre 14 y 20 años y en la actualidad conforman el grupo social
de mayor riesgo para la drogadicción y el SIDA. Aunque se les vea como un grupo
indefenso, blanco de todos estos flagelos, ellos levantan su voz para confirmar
que existe preocupación, conciencia y hasta temor de algunas enfermedades
presentes en nuestra sociedad. La juventud es un sector importante de nuestra
sociedad, que, en el caso de Chile, representa nada menos que el 28 por ciento
de la población. Tradicionalmente, los adolescentes son conocidos por su
rebeldía, impulsividad, impertinencia y hedonismo, independiente de todo lo que
conlleva el riesgo que como grupo social representa. La lamentable tendencia
mundial a iniciar cada vez más tempranamente el consumo de drogas, es un tema
que cada día se corrobora más. Esta coincidencia entre los adolescentes de los
países desarrollados se confirmó en Chile a través de un estudio del CONACE y
del profesor y sociólogo de la Universidad Católica de Valparaíso, Felipe
Vallejos, realizado entre los niños de tan sólo 9 a 13 años de la Quinta
Región. El 15 por ciento de los adolescentes encuestados reconoció haber
consumido algún tipo de droga; un 8 por ciento reconoció haberse emborrachado
en varias oportunidades; y por último, un 10 por ciento admitió haber probado
los tranquilizantes alguna vez en su vida.
Como manejar la
rebeldía de los adolescentes
Antes que nada, debemos enfocarnos en lo qué es la adolescencia.
Esta etapa en la vida de todo ser humano está llena de momentos críticos como:
cambios físicos, sociales, emocionales, de ideas, etc. Las emociones están a
flor de piel y casualmente coincide con la etapa de los 40-50"s donde los
padres están muy susceptible a causa de cambios hormonales, se tienen muchos
proyectos de vida sin definir (hacia a donde vamos, a dónde nos queremos
dirigir), etc. En total son muchos cuestionamientos y es una época muy difícil.
La mayoría de los adolescentes atraviesan por una etapa de
rebeldía en la cual comienzan a tener un comportamiento desafiante y una
actitud cínica. Hoy en día muchos padres no saben cómo enfrentar un hijo con
este tipo de comportamiento, el adolescente reclama la atención de sus padres y
al mismo tiempo les acusa de controlarlos demasiado. Este comportamiento se
traduce en muchas ocasiones en irritabilidad y en conductas agresivas.
La rebelión generalizada es inevitable y es parte del proceso de
hacerse mayor, aunque es pasajera. Pero, comprender a su hijo no significa
aguantarle todo, ante un trato cínico y desconsiderado, el padre debe
molestarse y definir límites. Es cierto que su hijo está en su derecho de
reivindicar más libertad, pero no se le puede permitir que haga lo que quiera.
Debemos negociar con él de igual a igual y exigirle responsabilidad. El
adolescente huye de todo lo que los padres consideren correcto. Es necesario tener
en cuenta que las prohibiciones demasiado tajantes sólo otorgan el atractivo de
lo prohibido.
Lo mejor es conocer a nuestros hijos (su carácter, su manera de
pensar, su temperamento, etc.) y mantenerse al margen. Evitar todo tipo de
pelea, ya que es una de las formas que buscan los adolescentes para separarse
de los padres. No tomar los disgustos y depresiones de manera personal,
olvidarse del orden... durante esta etapa es más importante preocuparse y estar
al pendiente de los problemas relacionados con las drogas, el alcohol, el sexo,
la soledad, la familia. En vez de estar al pendiente de cosas tan simples como
el desorden de su cuarto, escuchen a sus hijos e ignoren esas cuestiones tan
triviales. No bloqueen la comunicación, cuando los adolescentes se abren lo
mejor es platicar con ellos, escucharlos, conocerlos.
A fin de cuentas, es necesario que los adolescentes pasen por esta
etapa de rebeldía, ya que así podrán encontrar su "yo", les ayudará a
madurar y a formar un juicio propio de lo que está bien y lo que está mal. Lo
más importante para criar a nuestros hijos es crear raíces y alas.
COMO MANEJARSE ANTE LA REBELDÍA DE LOS ADOLESCENTES
En la mayoría de los casos esta rebeldía se puede interpretar como
un desacuerdo respecto a lo establecido por los padres, maestros, o cualquier
autoridad. Esto incluye a lo establecido en relación a conductas, estructuras,
ideas, valores, etc.
Los adolescentes
manifiestan ese desacuerdo, oposición, sublevación de distintas formas;
verbalmente (murmurando, gritando, reclamando, etc. Sin embargo estas actitudes
rebeldes de los adolescentes pueden llegar a ser valiosas y positivas. Lo único
que debemos buscar es que la manera en que la manifiesten sea con un ambiente
de cordialidad y mucho tono humano.
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