DELINCUENCIA
Es un concepto que procede del latín delincuencia y que permite nombrar a la
acción de delinquir o la cualidad de delincuente. Delinquir es cometer un
delito; es decir, violar la ley.
El concepto de delincuencia, por lo tanto,
hace referencia al conjunto de los delitos o a las personas que quebrantan la
ley. Juvenil,
por su parte, es aquello perteneciente o relativo a la juventud. El término
señala la edad situada entre la adolescencia, un periodo que va de los
15 a los 19 años de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estas dos definiciones
nos permiten acercarnos a la noción de delincuencia juvenil, vinculada a los
delitos cometidos por los jóvenes. Se trata de las conductas contrarias al
derecho a las que, por lo tanto, les corresponde un castigo de acuerdo a lo
estipulado por la ley. Es importante establecer que hay una serie de factores
que pueden propiciar que unos menores y no otros caigan en el ámbito de la
delincuencia juvenil. Entre los más significativos se encuentran el vivir en un
entorno conflictivo donde la delincuencia es algo muy habitual, abusar del
alcohol y de las drogas, tener amistades metidas en ámbitos “oscuros”,
trastornos de conducta, tener depresiones fuertes…
Todas
estas circunstancias y otras muchas más son las que motivan que muchos jóvenes
caigan en bandas violentas, en asuntos de drogas, en robos o en cualquier otro
tipo de actos delictivos. No obstante, los expertos en la materia no dudan en
subrayar que entre las razones que más originan casos de este tipo se
encuentran el absentismo escolar, el desempleo, la pobreza o el vivir en
familias absolutamente desestructuradas. Cuando se produce un delito realizado
por un joven, lo habitual es que sean tribunales de menores los que se
encarguen de analizar el caso y de establecer la sentencia apropiada.
La delincuencia juvenil y
entorno social.
Para comprender el interés por el análisis y
la búsqueda de soluciones para la delincuencia juvenil, es necesario ubicar
este fenómeno dentro de la problemática de la sociedad actual.
La estructura
social en que les ha tocado vivir a los adolescentes y jóvenes de hoy, está
caracterizada por una complejidad cada vez mayor, donde la búsqueda de
soluciones no depende ni de fórmulas tradicionales, ni de líderes carismáticos.
La delincuencia juvenil se ubica, por lo menos en América Latina, dentro de un
contexto social caracterizado por grupos de adolescentes ubicados
dentro de niveles de miseria o pobreza, desempleo, narcotráfico, concentración
urbana, baja escolaridad o analfabetismo, agresiones sexuales y desintegración
familiar. A estos grupos sociales se les ha negado todos los derechos humanos,
tales como el derecho a la vida, la salud, la educación, la vivienda, en fin,
el derecho al desarrollo. Sumado a este contexto, hay que agregar que la
sociedad actual se caracteriza por un debilitamiento de los sistemas
tradicionales de apoyo para el desarrollo de la niñez y de la adolescencia.
Los tres medios de apoyo que con los cambios
sociales, se han debilitado como para dar una respuesta efectiva al desarrollo
de la niñez y de los adolescentes.
En primer lugar tenemos que mencionar a La
Familia. Los medios de comunicación, sobre todo la televisión, han suprimido la
jerarquía y hegemonía que la familia tenía como formadora de costumbres sociales.
Además, la incorporación de la mujer al sistema laboral, por necesidad u
oportunidades de desarrollo, y otros cambios en la estructura familiar, como la
ausencia generalizada del padre, replantean las relaciones del niño y del
joven. La Escuela, por su parte, se caracteriza por un marcado énfasis
academicista y por la competitividad feroz, borrando el sentido comunitario y
la promoción del desarrollo integral de los jóvenes. Además, los Sistemas de
Asistencia y Recreación, como apoyos alternativos, son mínimos y siempre
insuficientes para la satisfacción de las necesidades de la población juvenil.
Por último, quisiéramos manifestar que la delincuencia juvenil es el resultado
de la combinación de diversos factores de riesgo y respuesta social. Se presenta
en toda sociedad, en donde los antivalores de violencia, agresividad,
competencia salvaje, consumo, se imponen a los valores supremos de la sociedad,
como la tolerancia, la solidaridad y la justicia.
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